ATERRICEMOS EL AVIÓN FILOSÓFICO

La Teoría de la Argumentación Jurídica (TAJ) está de moda, y cada vez hay más bibliografía, cursos, diplomados, congresos, seminarios, etc., pero -en no pocos casos- se la presenta como algo esotérico y sofisticado, con conceptos, códigos lingüísticos y formulaciones lógicas que manejan un pequeño círculo de filósofos del Derecho o expertos, pero que pueden ser ininteligibles para los "extraños".

Este blog tiene como propósito aterrizar el avión filosófico en casos concretos o, dicho de otra manera, "procesalizar" a la argumentación jurídica. No soy filósofo, sino abogado litigante (aunque aficionado a la filosofía); de manera que procuraré que los planteamientos y discusiones (que espero las hayan) se generen a partir de casos prácticos.

Los invito a que planteen preguntas, inquietudes, críticas y contra argumentos; a solicitar información sobre algún tema de argumentación jurídica; a compartir alguna sentencia que merezca ser comentada o criticada; a generar debates y a hacer de este blog un foro útil y entretenido. ¡BIENVENIDOS!

23 de febrero de 2013

¿LA TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA ES UNA "PAJA MENTAL"?

Hace pocos días, dos abogados especialistas en Derecho Corporativo de la firma legal donde trabajo ingresaron a mi oficina para tratar el caso de un cliente. Mientras yo atendía una llamada, uno de ellos empezó a revisar algunos libros que estaban sobre mi escritorio. Al cabo de un rato, tomó uno de los libros en una mano y cerró a medias el puño de la otra, y moviendo ésta de arriba a abajo, dijo, con elocuente desdén, pero casi sin sonido: "un pa-ja-zo". Los libros eran sobre argumentación jurídica.


La palabra (jerga) en cuestión, en el sentido que aquí interesa, alude a una actividad onanista o de placer personal, pero intrascendente o improductiva. Se refiere a una actividad inútil o, cuando menos, sin un significado práctico que pueda ser advertido prima facie, pero que se realiza por puro placer, en este caso intelectual. Desde esta perspectiva, lo que en buena cuenta y con su particular elocuencia me dijo aquel abogado, es que dichos libros y, por tanto, la TAJ no aportan nada para el ejercicio de la abogacía.  

La argumentación jurídica -como digo al inicio del blog- está de moda. Es curso regular en la Academia de la Magistratura del Perú, uno de los diplomados con mayor concurrencia del Centro de Estudios Constitucionales del Tribunal Constitucional. Es un curso obligatorio en varias maestrías nacionales e internacionales; incluso existen maestrías dedicadas íntegramente a ella. Es objeto de congresos, seminarios y eventos diversos. Varias de las preguntas de los exámenes para ingresar a la magistratura, o ascender en la carrera judicial, están relacionadas con la argumentación jurídica.

¿Toda esta actividad académica es una suerte de "pajeadera" (mental) colectiva? ¿Un aprendizaje de conceptos y teorías sobre las que se regodean filósofos del derecho, pero que carecen de utilidad para el abogado de a pie? Lo diré en forma más concreta: ¿Hay utilidad práctica en esto? ¿La TAJ le sirve a los abogados y a los jueces que la estudian, para su ejercicio profesional? 
   
Bueno, mi respuesta parece obvia, pues tengo un blog dedicado a la argumentación jurídica, al que le dedico cierto tiempo que no lo considero inútil ni "tiempo de paja mental". La TAJ tiene una evidente aplicación práctica y he tratado de mostrarla en varios de los post que he publicado, en los que abordo problemas concretos y aplico categorías que ahora son materia de estudio por la TAJ.

El comentario del citado abogado, sin embargo, puede tener otra lectura. La TAJ, con loables excepciones, está en cierto modo desconectada de los problemas prácticos. Muchas de las publicaciones sobre la materia abundan en conceptos y taxonomías y discuten los conceptos y taxonomías de otros autores. No aterrizan en casos concretos; y, por si esto fuera poco, el lenguaje que utilizan está especialmente codificado, de manera que solo un selecto grupo puede entenderlo. Lo increíble del caso es que esa imagen de sofisticación ha contribuido a la notable difusión de la TAJ. Lamentablemente, en muchos casos lo que se difunde y enseña son, precisamente, conceptos y taxonomías, y no se muestra cómo todo ello puede ser aplicado para solucionar problemas concretos.

A mi criterio, un curso de argumentación jurídica debe ser fundamentalmente práctico. Desde luego es útil conocer la ideología o concepción del Derecho que está tras las categorías que se aplican, pero no podemos quedarnos solo en este plano. Al abogado litigante, a quien se está formando para ser magistrado, a quien ya es magistrado y se capacita en argumentación jurídica, sobre todo le interesa cómo puede aplicar la TAJ en la solución de casos concretos. Lo importante está, entonces, en preguntarnos si esa notable difusión de la TAJ ha ido acompañada de un cambio en la forma de argumentar; si se nota una mejora, por ejemplo, en la definición del problema y su solución al motivar las resoluciones judiciales. Si la respuesta es que todo sigue igual, algo está fallando, pues no tiene sentido enseñar argumentación jurídica si quienes se formaron, por ejemplo, para ser magistrados, piensan que lo aprendido no les sirve para su ejercicio profesional.

Para seguir discutiendo y compartiendo ideas, les pregunto: ¿qué piensan de esto? Quienes han tomado cursos de argumentación jurídica, ¿piensan que el curso ha contribuido en su forma de enfocar y solucionar los problemas jurídicos? ¿Cuentan con mayores herramientas para argumentar o piensan que el curso fue "una paja mental" del docente? ¿Cambiarían algo en la estructura y contenido del curso? ¿Qué les hubiese gustado que el curso incluya o desarrolle con mayor profundidad?
   

8 comentarios:

  1. Como estudiante, creo que la argumentación jurídica es importante para aquel abogado que desea dedicarse a litigar. El saber cómo construir un buen argumento y mantenerlo durante el juicio y que éste sea lo más creíble para el juez. Ahora si bien la teoría es importante, la práctica lo es aún más, ya que la teoría te da las herramientas, mientras que la práctica las pule.
    Saludos.

    Héctor Sandoval M.

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que el valor que se le dé a la TAJ dependerá de la perspectiva desde la cual se aborde el Derecho. Si se asume el Derecho como "un oficio para ganarse la vida", ni siquiera se necesitará ganar juicios o fundamentar debidamente las sentencias (por lo menos en el Perú). Pero si lo asumimos en su real dimensión, el Derecho, además de ser una vía de realización personal plena, para una mejor administración de justicia requiere de agentes con un nivel de razonamiento depurado. Y en eso la TAJ cae como anillo al dedo.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por sus comentarios. Evidentemente, coincido con ambos... Y qué les parece la enseñanza de la argumentación jurídica en el Perú, en lugares como la AMAG, el Centro de Estudios Constitucionales del TC, o en las universidades (varias maestrías en Derecho Procesal y en Derecho Constitucional la incluyen como curso). ¿Consideran que el contenido es adecuado? ¿Dirían ustedes que hay mucha carga teórica y filosófica que no aterriza en casos? Si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa, ¿a qué creen que se deba esto?

    ResponderEliminar
  4. Lo siento, pero estudio derecho en Chile, no podría darte una respuesta. Por el momento soy estudiante de pre-grado, cursando cuarto año, por lo tanto aún no se me ha pasado TAJ como ramo.

    Héctor Sandoval M.

    ResponderEliminar
  5. Yo puedo hablar por la UNSA de Arequipa. Soy egresado de Derecho y en el nivel pre-grado es un curso elemental lo cual no considero malo, pero cuando se quiere profundizar en el tema (me refiero a una tesis) uno se encuentra con una realidad desalentadora: bibliotecas carentes de material bibliográfico, profesores engreídos, trámites burocráticos, etc., es decir, la política perfecta para NO hacer investigación. Entonces iniciativas con la tuya, realmente son muy valiosas.

    ResponderEliminar
  6. Sobre el último comentario, disculpa el retraso en la respuesta, lamentablemente no me llegó ningún aviso sobre el comentario, o tal vez se me pasó, y recién me doy cuenta del mismo.

    Lamentablemente en nuestro país, como bien anotas, lo que más abundan son los obstáculos para investigar. Las universidades se han vuelto negocios muy rentables que ven a la carrera de Derecho como la forma de ganar mucho invirtiendo poco. Solo les basta, para ofrecer la carrera, con contratar profesores y tener una biblioteca con unos cuantos libros, la mayoría desactualizados.

    En esto han encontrado un nicho los piratas; pues, ante una demanda de información insatisfecha, que no es cubierta por las vías formales (las universidades con buenas bibliotecas), en Azangaro (al costado del Palacio de Justicia) se fotocopian y se empastan libros, en su mayoría extranjeros y actuales. Esta situación, si bien beneficia en algo a los estudiantes e investigadores, a su vez, perjudica a las editoriales y los autores, pues se reducen las ganancias para las primeras y el pago de los derechos de autor es bajo. Así, se desincentiva el mercado editorial y la investigación. Todo un círculo vicioso.

    En este contexto, suele decirse que quien investiga no lo hace para ganar dinero; por el contrario, quien investiga generalmente cuenta con los recursos para hacerlo, pues generalmente los costos que demanda una investigación seria son mayores que el monto por derechos de autor. La desigualdad que genera esta situación es evidente y lamentable.

    En todo caso, a más obstáculos, solo queda mayor esfuerzo. Al final la investigación debe servir para que el investigador se convierta en un especialista en el tema; es eso lo que reditúa.

    Felizmente, ahora en internet también se encuentra mucha información, solo hay que tener visión crítica y separar la paja del trigo. El material que acá se recomienda ha pasado por ese filtro. En todo caso, si tú o alguien más requiriese información sobre algún tema específico, relativo a la argumentación jurídica, me pueden enviar un correo, a fin de proporcionarles lo que pueda tener.

    Saludos,

    Roger Zavaleta.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar